En el vuelo del pájaro descansa toda la sabiduría de la naturaleza, nada
representa mejor a la vida que su trascendental viaje a ninguna parte. Las aves se alejan escurriéndose entre los barrotes azules del cielo hacia su destino
que es el horizonte, de la misma manera que nuestros días, propulsados por la
flecha del tiempo, se dirigen al olvido. En esa determinación inquebrantable y
absurda reside el gran enigma del mundo. Y el pájaro, con la imponente autoridad del que
nunca buscó una respuesta, prosigue su vuelo, sabiendo que lo único que
verdaderamente importa es ser libre en la reducida jaula de su existencia.